Decisiones


Nadie irá a buscarte si te vas. Si te pierdes, quizás, pregunten por ti. Alguien se acordará de que una vez estuviste en tal o cual lugar y, es posible, hasta se extrañara de no verte por allí. Tu huella será de arena, a la orilla de un mar revuelto, de un oleaje constante. Se perderán los recuerdos, como lágrimas en la lluvia...

Somos la parte frágil de las historias que no nos atrevimos a contar en voz alta. De las que dejamos sin principio para renunciar a un final que ya dolía en su inexistencia. El miedo nos hizo pasar de puntillas por el filo de aquel cuaderno que ya tenía demasiado texto escrito. A trazos gruesos, profundos, marcados.

Nada después de eso. Quizás alguna vez, pudiera pasar, alguien se pregunte qué fue de ti. O trate de recordar por qué letra empezaba tu nombre. Nada que pueda salvarte del olvido. Puede que tampoco importe. Tal vez cuando merezca la pena te decidas a dejar tu huella sobre una calle recién asfaltada.