Los incendios, el Corredor ferroviario Mediterráneo y las teorías cospiranoides.



Desde principios de verano, cada vez que se produce un incendio en el litoral mediterráneo, comienza a circular por la red un mapa del Corredor ferroviario Mediterráno con una leyenda que insinua que los incendios tienen mucho que ver con la realización de este proyecto. Sin embargo, tras investigar en profundidad el asunto, he llegado a la conclusión de que es un bulo. La teoría conspiranoide no se sostiene. A continuación, mis razones para creer que es completamente falso.

Según el estudio técnico, el Corredor ferroviario Mediterráneo es un proyecto que pretende potenciar el rol de España como plataforma logística internacional.  Básicamente, una red ferroviaria para transporte de viajeros y mercancías que nos uniría con Europa y serviría para potenciar nuestra economía (porque el transporte siempre nos ha dado mucho dinero, veáse el aeropuerto de Castellón o las ampliaciones del AVE).

Es, por tanto, un proyecto estatal y tiene todo a su favor para salir adelante (y así ha sido). Investigando en profundidad este proyecto, es fácil percatarse de que la teoría de los incendios provocados no se sostiene.

Si comparamos la situación actual con la imagen final, podemos ver que gran parte de estos tramos ya existen actualmente. Se introducirían ligeras mejorías en los tramos que pasan por Cataluña y Valencia aunque los tramos que habría que construir serían únicamente los de  Almería-Málaga-Algeciras y Murcia-Monforte del Cid. De hecho, algunos de estos tramos se encuentran ya en obras.




Estas serían las modificaciones en Cataluña. Los puntos rojos corresponden a los incendios de L'Escala, Madremanya, Roses, La Jonquera y Portbou. Como podéis ver, nada que haga sospechar que tuvieran algún interés oculto. El único que coincide con el trazado de tren es el de La Jonquera y el tramo con el que lo hace ya se encuentra en obras.

En la Comunidad Valenciana vemos los incendios de Dos Aguas y Torremanzanas. Ninguno de ellos coincide con el trazado del tren.


El incendio de Murcia se originó en Albacete, por lo que lo descarto directamente.

Finalmente, queda el actual incendio de Málaga que sí podría llegar a afectar a partes del trazado, aunque más por la extensión del fuego que por el origen. El incendio se originó en el Cerro Alaminos, bastante apartado de las vías ferroviarías.



Desde el punto de vista legal, según la Ley de Montes   

1. Las comunidades autónomas deberán garantizar las condiciones para la restauración de los terrenos forestales incendiados, y queda prohibido:
a.       El cambio de uso forestal al menos durante 30 años.
b.      Toda actividad incompatible con la regeneración de la cubierta vegetal, durante el periodo que determine la legislación autonómica.
Con carácter singular, las comunidades autónomas podrán acordar excepciones a estas prohibiciones siempre que, con anterioridad al incendio forestal, el cambio de uso estuviera previsto en:
1.      Un instrumento de planeamiento previamente aprobado.
2.      Un instrumento de planeamiento pendiente de aprobación, si ya hubiera sido objeto de evaluación ambiental favorable o, de no ser esta exigible, si ya hubiera sido sometido al trámite de información pública.
3.      Una directriz de política agroforestal que contemple el uso agrario o ganadero extensivo de montes no arbolados con especies autóctonas incultos o en estado de abandono.

En este caso concreto, se podrían construir las vías aunque el terreno hubiera sufrido un incendio forestal ya que el proyecto del corredor ferroviario mediterráneo fue aprobado en Octubre de 2011, estando previsto que comience su trazado en 2014 y finalice en 2020, bajo la supervisión de Bruselas.

Sin embargo, no se podrían utilizar los terrenos quemados para desarrollar planes urbanísticos que pudieran beneficiarse de este nuevo entramad ferroviarío ya que la Ley de Montes impediría la recalificación del terreno en un periodo de 30 años, lo cual resultaría contraproducente para cualquiera con intereses en los terrenos de la zona.

Por tanto resulta sensato concluir que, intencionados o no, el objetivo de los incendios no es favorecer la construcción del Corredor Mediterráneo pues esta tendrá lugar igualmente.


Nota: Si alguien quiere aportar o corregir algo del artículo, que me lo diga y lo vemos. He intentado recopilar todos los incendios de este verano, pero han sido tantos que no me extrañaría haberme dejado alguno. Los puntos de los incendios están hechos como buenamente he podido, dada la mala calidad del mapa. 
Dejo los comentarios abiertos para un posible debate. 


Se ampliará este artículo una vez se hayan esclarecido las causas de los incendios.

La vida es una novela de George Orwell


La primera vez que leí "1984" no estaba preparada para hacerlo. Aquella novela distópica que había inspirado "Gran Hermano" me resultó entretenida, pero no fascinante. Quedó olvidada en alguna estantería de la casa, acumulando polvo durante años.

La segunda vez, sin embargo, yo ya no era la misma. No sé si mi persona o mis circustancias, tal vez todo, pero algo había cambiado para siempre. La historia de Winston Smith me pareció en aquella segunda lectura completamente distinta.

Las palabras de Orwell eran las mismas que yo leí y, obviamente, contaban la misma historia. Sin embargo, yo ya no leía lo mismo. En aquella segunda lectura lo que yo estaba leyendo era como la vida se había convertido en una novela de George Orwell.

La realidad que vivimos no difiere demasiado de la que se vivía en la ficticia Oceanía de 1984. El poder ha quedado en manos de "El Partido", así, sin coletillas ni palabras sobrantes. Cuando las siglas pierden lo que las define, ya sea su popular o su obrero, nos queda solo el  partido. Simple y llano. Un partido que son dos pero que podrían perfectamente ser solo uno.

Para mí, hay dos conceptos que son clave en este libre: neolengua y doblepensar.

Sobre la neolengua, ya escribí largo y tendido en este artículo. El Ministerio de la Verdad en el que Winston trabajaba bien podría ser hoy día la redacción de algún periódico o el gabinete de prensa del Gobierno. Utilizar la desinformación como medio de manipulación masiva, el lenguaje como arma.

El segundo concepto resulta algo más complejo. Veamos como lo define el propio Orwell:

Doblepensar significa el poder, la facultad de sostener dos opiniones contradictorias simultáneamente, dos creencias contrarias albergadas a la vez en la mente. El intelectual del Partido sabe en qué dirección han de ser alterados sus recuerdos; por tanto, sabe que está trucando la realidad; pero al mismo tiempo se satisface a sí mismo por medio del ejercicio del doblepensar en el sentido de que la realidad no queda violada. Este proceso ha de ser consciente, pues, si no, no se verificaría con la suficiente precisión, pero también tiene que ser inconsciente para que no deje un sentimiento de falsedad y, por tanto, de culpabilidad. El doblepensar está arraigado en el corazón mismo del Ingsoc, ya que el acto esencial del Partido es el empleo del engaño consciente, conservando a la vez la firmeza de propósito que caracteriza a la auténtica honradez. Decir mentiras a la vez que se cree sinceramente en ellas, olvidar todo hecho que no convenga recordar, y luego, cuando vuelva a ser necesario, sacarlo del olvido sólo por el tiempo que convenga, negar la existencia de la realidad objetiva sin dejar ni por un momento de saber que existe esa realidad que se niega... todo esto es indispensable.

 Doblepensar es una acción recurrente en política. Cuando la doctrina de partido se impone sobre tu propia lógica o raciocinio, no te queda más remedio que hacerlo. Decir que dos y dos suman cinco no basta, hay que creerlo. Hay que ser convincente y expresar tajantemente una opinión con la que, hace escasos segundos, se estaba en total desacuerdo.

¿Es, quizás, doblepensar ser hipócrita? No lo creo. El doblepensador (si es que esta palabra existe) va más allá de la hipocresía. Cuando se doblepiensa no se finge. El verdadero doblepensador siente cada palabra que pronuncia, aunque entre una sentencia y su opuesta apenas transcurran unos segundos.

En el momento que aceptas el doblepensamiento como una única realidad, aprendes a amar a tu Partido. Winston tuvo que pasar por la 101 para comprenderlo, otros lo consiguen con apenas un carnet de afiliado. Sea como fuere, los ejemplos de doblepensamiento son fáciles de encontrar. Abundan en cada entrevista, declaración, acusación, discurso y acción política. 

Cuando la vida se empieza a parecer peligrosamente a una novela de George Orwell, conviene sentir miedo de aquellos que asumen el doblepensamiento como una rutina más de su vida diaria. Sobre todo si, quienes la practican, se encuentran en puestos de poder.


El tercer estado



Finales del siglo XVIII. Francia está gobernada por los controladores, capaces de moldear la materia a su antojo. Edvard Thermidor ha nacido entre ellos, pero averiguará de la peor manera posible que no es como los demás. Expulsado de su mundo de privilegios, descubrirá que todo lo que conocía no era más que una mentira construida sobre las espaldas de un pueblo sometido. Junto a los más insospechados compañeros, Edvard emprenderá una peligrosa carrera por conocerse a sí mismo y, tal vez, empezar una revolución. 



 Esta es la sinopsis de "El tercer estado" , la primera novela de Desiree Matas.  Una historia trepidante de la que resulta imposible apartar la mirada. Totalmente adictiva, de impecable narración y lectura fluida, "El tercer estado" es una novela indispensable para cualquier lector que se precie.

La premisa inicial es ya, de por sí, sugerente. ¿Y si tomamos un suceso real, lo aderezamos con elementos fantásticos y creamos una historia completamente nueva? Eso es lo que hace este libro. Crea una nueva casta, los controladores, personas capaces de controlar la materia en todos sus estados. Esta casta, constituida por la nobleza francesa, mantiene en un estado de extrema pobreza al resto del pueblo, conocidos como ceros. Una situación que no he podido evitar comparar con nuestra sociedad actual, encontrando ligeras similitudes.

La historia de Edvard es una historia de superación, de lucha y de supervivencia. De su mano conoceremos los entresijos de esa Francia pobre y apestosa, entenderemos donde reside su verdadera fuerza y asistiremos al inicio de la Revolución.

Brillante en todos sus aspectos, la novela te adentrará en la historia sin que te des cuenta. Sus personajes te cautivarán desde el primer instante y, en algunos casos, te sorprenderán.

Os recomiendo la lectura de este libro que, estoy segura, no os dejará indiferentes. Mientras tanto, os dejo una entrevista que he tenido el placer de poder hacerle a Desiree. 


- “El tercer estado” mezcla dos conceptos fascinantes: una novela histórica con tintes de fantasía, ¿cómo surgió esta idea?

Pienso que el concepto de novela histórico-fantástica no es algo nuevo. Orson Scott Card (uno de mis autores preferidos), con su saga de Alvin Maker, puede ser un exponente de este tipo de novela. En realidad no me planteé desde el principio escribir una novela histórica con elementos fantásticos. Simplemente surgió así. Empecé pensando en un posible don (en este caso modelar la materia), en sus limitaciones (los problemas con la temperatura) y en cómo influiría en la sociedad. Enseguida me vino a la cabeza una sociedad dividida como la del Antiguo Régimen. Y de ahí salió todo lo demás.

- En tu novela, sustituyes el nombre de la ciudad de Paris por Rayonnant y el de Versalles por Veralais, pero no el resto de los nombres y referencias que aparecen en la trama, como la Bastilla o la Sorbona, ¿a qué se debe esto?

Quería que la acción transcurriera en París durante la Revolución, y para ello necesitaba usar lugares y hechos reales que el lector pudiera identificar de inmediato. Rayonnant y Veralais son sólo seudónimos que sirven para que el lector pueda comprender que algo “raro” pasa, que no esta frente a una novela histórica sino frente a algo distinto. De todas formas los nombres definitivos los decidí durante una de las últimas revisiones del manuscrito. Cambié los nombres un montón de veces, la verdad sea dicha. La arquitectura de Veralais y su descripción también me dieron más de un quebradero de cabeza. Al final decidí describir la aldea de Versalles y su palacio, tal cual eran, y usar otro nombre.

- En el libro se mezclan personajes ficticios con personajes reales que vivieron en aquella época, Sade entre ellos, ¿cuánto hay de realidad en sus apariciones?

Esto es lo que trato de explicar en la página web, que voy desarrollando poco a poco y a la que los lectores están invitados si es que quieren hacer alguna pregunta. Hay muchos guiños a la realidad en el desarrollo de la novela, desde el coñac que beben los personajes hasta las calles que cruzan (de hecho estuve en París caminando por donde ellos caminan, aunque nada tiene que ver nuestro París actual con el París de la Revolución). Algunos hechos históricos fueron el detonante de ciertas situaciones en la novela. Por ejemplo, Jean-Paul Marat fue médico, además de científico, y pasó mucho tiempo metido en las catacumbas de París. Sade, por su parte, también estuvo encerrado en la Bastilla, aunque no en la época de la Revolución. Imogène está basada en un personaje histórico muy fuerte, Théroigne de Méricourt. Aunque al final decidí no utilizar su biografía.

- ¿Por qué Paris y por qué el S. XVIII?

Era inevitable. Llevo enamorada de la Ilustración y de la Revolución Francesa desde la adolescencia. Todo lo que caía en mis manos sobre esta época, desde ficción a ensayo pasando por biografía, era devorado de inmediato. Y me encanta París. Es una ciudad especial. Me encantaría escribir sobre ella en otra época histórica. 

- ¿Por qué te decidiste por Amazon para publicar tu obra?¿Has llegado a enviarla a alguna editorial?

Participé en un par de concursos. Uno quedó desierto después de que la propia editorial se saltara las bases (no presentaron ni al jurado). El otro lo ganaron dos escritores ya conocidos. No he obtenido respuesta de las editoriales a las que he contactado, y tampoco me interesa una editorial muy pequeña que deje morir mi novela. Edvard y Francesc son mis hijos, de alguna forma; les deseo un buen futuro. Se merecen ser conocidos (o eso creo). No he perdido la esperanza de publicar con una buena editorial, y en parte por eso me he lanzado al difícil escaparate de Amazon. En el proceso estoy conociendo a gente muy maja, además. Y a otros que no lo son tanto, pero esa es otra historia…


- Ha sido muy comentado el magnífico diseño de tu portada, realizada por ti misma. Además, cabe destacar que la edición de la novela es muy profesional, ¿seguiste algún manual para hacerlo o tenías conocimientos previos relacionados con la edición?

¡Me alegro de que os guste! Le estoy cogiendo cariño a las gárgolas de Notre Dame…La verdad es que no he seguido ningún manual ni tengo conocimientos sobre edición. En parte es el haber leído mucho, en parte el haber corregido muchos textos. Sí que he participado en algún que otro taller literario, y aprendes a ver los errores. También estudio filología hispánica, así que me he ido acostumbrando a leer con ojo crítico. Además, mi marido, que es periodista, muchas veces me pasa sus textos para que los revise. Creo que me he acostumbrado a leer de esta manera. Es algo bastante molesto, porque siempre que leo algo acabo viendo fallos, pero bueno… Como dice Orson Scott Card en su How to write fantasy and science fiction, cuando conviertes a un lector normal en un lector crítico le fastidias la vida xD

- ¿Cuánto tardaste en escribir esta novela? ¿Consideras que fue más complicado el proceso de escritura o el de edición?

Fue un proceso largo, de unos tres años. No porque escribirla supusiera un enorme esfuerzo, no voy a mentir, sino porque en este periodo de tiempo he sido mamá dos veces. ¡Y eso sí que lleva tiempo! Pero parte de la escritura de una novela (una gran parte, diría yo), es pensar, imaginar, hacer esquemas, buscar información… Cuando juntas todo lo que tienes en la cabeza con lo que has aprendido empieza la magia. Escribir llegados a este punto no es difícil. Estás en la “zona”. Pero editar es un horror. No sé cuántas veces he leído la novela ya, y seguramente quedan cosas por pulir. Pero en algún sitio tenía que parar para pasar a otro proyecto.

- Los que te seguimos en Twitter, sabemos que estás preparando una segunda novela, ¿nos podrías adelantar algo sobre ella?

Para no variar es una novela de fantasía con toques históricos. Está ambientada en la era vikinga y tiene mucho que ver con la mitología nórdica. Por eso últimamente no paro de leer libros sobre vikingos. Si en El tercer estado introducía la fantasía en la realidad histórica, en mi nueva novela pretendo introducir la realidad histórica en la fantasía ;-)



Desde aquí, agradecer a Desiree su colaboración con el blog y desearle muchos éxitos con este libro y con los que le quedan por escribir.


Si eres un escritor de la generación Kindle y quieres aparecer en este blog, déjame tu libro en los comentarios. Prometo leerlos todos según vaya teniendo tiempo de hacerlo.

Neolengua

Desde hace un tiempo, venimos presenciando un curioso fenómeno: los políticos tienden a utilizar el lenguaje como un método de desinformación. El uso de eufemismos se ha ido extendiendo en política hasta alcanzar límites insospechados. Ya no se trata tan solo de no pronunciar las palabras prohibidas, como hizo Zapatero con su famosa «desaceleración», ahora el objetivo va más allá. Lo que se persigue no es evitar la alarma social ante determinados vocablos como «crisis», lo que realmente se busca es conseguir que algo tan negativo como una subida de impuestos parezca necesario e incluso apetecible. 

Esta idea no es nueva. El uso del lenguaje como arma política tiene precedentes reales y literarios. George Orwell, que basó su “neolengua” en la propaganda totalitaria nazi, ya explicó en su novela “1984” cuál era la finalidad de esta práctica:

«¿No te das cuenta de que el objetivo último de la neolengua es reducir la capacidad de pensamiento? Al final lograremos que el crimental sea literalmente imposible, porque no habrá palabras con las que expresarlo. Cualquier concepto que alguna vez haya existido se expresará con sólo una palabra, con su significado rigurosamente definido y todas las acepciones secundarias eliminadas y olvidadas.»


Así empieza mi artículo de este mes para Vozed. Para leerlo, pulsa aquí